Indra presentó el año pasado su ambicioso plan Leading the Future. En lo referente a la tecnología, ¿qué líneas maestras tiene este plan?
Es importante el contexto, Indra es una empresa de tecnología, de producto, somos conocidos por nuestros productos de guerra electrónica, radares o mando y control. Siempre hemos sido una empresa de producto asociado a una tecnología. Ahora de alguna manera el driver de la superioridad en el combate es la tecnología, siempre relevante pero ahora hay una aceleración tecnológica en el sector y una necesidad de adaptarse a la amenaza por lo que hay que poner el foco en la tecnología.
Tenemos que ser capaces de acelerar el foco en el producto, en la tecnología y en la industrialización, ahora se nos exige que tengamos un buen producto y podamos fabricarlo en cantidades, hay un reto industrial muy relevante que está recogido en nuestro plan estratégico.
Los pilares son foco en el producto y la tecnología, al punto que se ha creado la figura del CTO que no existía en Indra. Se ha identificado en la organización la necesidad de tener focalizada la tecnología y el producto en el máximo nivel de la compañía. También hay un plan de desarrollo de tecnología muy ambicioso con una senda y un calendario también muy ambiciosos.
Tenemos desarrollo de producto por un lado y por otro la tecnología y el deep tech. Esto es novedoso, en el pasado hemos invertido menos en este deep tech, ahora estamos en el ámbito de la cuántica, fotónica, estamos trabajando en energía dirigida, tenemos experiencia en guerra electrónica, radares, y ahora también en electrónica de potencia para que la energía dirigida tenga efectos. Se trata de tecnologías muy disruptivas.
En producto, evolucionamos radares hacia AESA para los nuevos casos de uso, invirtiendo mucho en radares con otros propósitos operativos que se han manifestado necesarios, como el antidron o la defensa contra la munición anticarro. En guerra electrónica estamos invirtiendo en el segmento terrestre, solo hay que ver que el de Ucrania está siendo un conflicto muy especial, con un papel destacado de las contramedidas para el guiado de municiones o los vehículos autónomos.
Se está invirtiendo mucho en guerra electrónica, también en mando y control hacia nube de combate multidominio, que es una realidad. El driver de esta tecnología es el FCAS, que ha permitido desarrollar un core tecnológico para la nube de combate, que es aplicable a otros dominios como la tierra, el mar y el aire.
Además de Indra Space e Indra Land Systems, estamos desarrollando la parte ciber de la ciberdefensa, con programas europeos, muy centrados en conciencia situacional, mando y control en el ciberespacio. También consideramos la IA de máximo interés, por eso hemos lanzado una nueva unidad de negocio, IndraMind cuyo lema es la “automatización de las operaciones críticas a través de la IA”. Tenemos un reto enorme en el área de operaciones críticas, pero tenemos la tecnología y además desarrollamos y operamos servicios críticos. Es una IA muy especializada en operaciones críticas, que tiene requisitos muy críticos, en el ámbito militar especialmente, decisión, visión artificial, conciencia situaciones, visión 360 o alerta de amenazas. Hemos hecho un desarrollo muy importante en el desarrollo de sistemas de combate y de misión, que mostramos en FEINDEF, como es Maestre.
En resumen, una apuesta dentro de la organización por el producto, por la tecnología y la industrialización para responder a los retos de la historia o por el deep tech que se traduce en la creación del perfil de CTO, un plan tecnológico muy detallado que se sigue hace un año y un plan de inversiones en desarrollo e industrialización.
Los planes de Indra apuntan a constituirse como un verdadero “empresa de referencia”. ¿cuáles son los grandes retos que enfrentan para lograr ese objetivo?
Los grandes retos no son nuevos, los abordamos hace tiempo, el salto importante fue cuando se nos nombró coordinador nacional en el FCAS que nos obligó a dar un paso al frente y ser capaces de “pilotar” a toda una industria nacional ya que es el mayor programa de colaboración en Europa. Nos ha obligado a ser capaces de generar un efecto tractor y coordinar a la industria y a su vez coordinarnos con los grandes como Dassault y Airburs. Nos hemos tenido que preparar y hemos aprendido mucho de nuestros socios europeos.
Esto nos ha enseñado mucho y por eso no nos pilla desprevenidos la situación geoestratégica actual en Europa que tiene una doble componente. Una es que hay que cubrir una serie de necesidades y además desde el enfoque de la soberanía europea. Esto pasa por dar un paso al frente, desarrollando productos y tecnologías propias y capacidades de industrialización. Tenemos un reto muy grande, también como país, en el que queremos tener un efecto tractor y hacer equipo con la industria nacional, una industria magnífica y con una gran capacidad de innovación.
Aspiramos a aglutinar capacidades, ser el agregador y el que gestione programas grandes, como el FCAS, y llevar a toda la industria en ese sentido. Porque esto va de Europa, no de países sueltos y aunque no es fácil, ya lo hemos vivido. Si para los grandes es difícil, para los más pequeños es casi imposible, tenemos que dar la cara y hacer efecto tractor con la industria.
También en los EDF y en la “acción preparatoria”, nos salimos en programas europeos, liderando muchos proyectos y participando en los más estratégicos, como el mando y control europeo, es un programa PESCO, liderado por Indra desde hace tres años. En los años sucesivos hemos sido muy relevantes, incluso coordinadores en diez de los grandes proyectos europeos, con una presencia en un total de 75 programas. No hemos ido solos en estos programas sino con la industria nacional y creemos que está funcionando muy bien.
Como ahora la clave es la colaboración, ahora estamos preparados para ello. Lo estamos haciendo bien porque seguimos aprendiendo. Nuestro objetivo es ser empresa tractora y aglutinar lo mejor de nuestra industria en términos de producto y tecnología. Estamos en nuevos ámbitos como el espacio, la IA o los vehículos terrestres. Queremos liderar los ámbitos en que ya estábamos y también en los nuevos.
A raíz de los conflictos en curso, ¿qué tecnologías ha detectado Indra como claves para su desarrollo a medio y corto plazo?
Son muchas las lecciones que estamos sacando, aunque hay algunas tecnologías que son mas visibles y otras menos. Hay un gran protagonismo de los sistemas terrestres, la artillería, los misiles tierra-tierra, los vehículos no tripulados aéreos, navales y terrestres. De hecho, el conflicto naval casi ha desaparecido porque existen estas plataformas.
Hay otros menos a la vista, la denegación del espacio radioeléctrico, sobre todo por el lado ruso, que afecta a los sistemas de posicionamiento, a los UAVs, municiones guiadas, o misiles. Las comunicaciones se enfrentan a retos enormes, tanto las tácticas, como las satelitales, con un protagonismo destacado de las comunicaciones satelitales seguras. Hay necesidades que cubrir, por ejemplo, Ucrania ha tenido que desarrollar a toda velocidad un sistema de mando y control. Este se complica si participan muchos agentes. También está siendo muy importante la inteligencia, usando fuentes externas por ejemplo en el caso de Ucrania.
En Indra hemos tomado nota de los temas puntuales y los conceptuales o sistémicos. Hemos pasado de los sistemas que se conciben para durar a unos sistemas que deben adaptarse continuamente. La duración y ciclos de vida deben seguir, pero la ingeniería y la adaptación debe ser continua porque la amenaza y su contramedida evolucionan continuamente.
Hemos trabajado en acelerar nuestros sistemas de desarrollo, nuestra ingeniería. De hecho, en cada ámbito hemos tomado nota. Por ejemplo, en los drones, estamos haciendo avances, vamos a estar con gran protagonismo como el VALERO, un vehículo aéreo multipropósito, flexible, que puede ser lanzado desde tierra o desde el aire con diferentes funciones que van de la negación del espectro radioeléctrico, el uso como señuelo, para inteligencia de señales o incluso podría llevar una cabeza de guerra. Pensamos que es el futuro.
También en el espacio, donde las comunicaciones son críticas. Por eso hemos hecho una apuesta por el espacio, las comunicaciones seguras, la inteligencia en el espacio, desarrollo de plataformas satelitales, que pueden ser para comunicaciones o para inteligencia de señales. Y es que en el espacio hay cada vez más funcionalidades.
En mando y control, la nube de combate multidominio, el reto es incorporar una fuerza multinacional con múltiples activos que deben comunicarse, sensores en red o el mando control convencional. También es clave la inteligencia de señales o los sistemas de perturbación que han adquirido un gran protagonismo. En Indra tenemos muchos sistemas de perturbación electromagnética desplegados por el mundo.
La primera es el protagonismo de los sistemas terrestres de todo tipo, de ruedas, cadenas, la artillería autopropulsada. Es un área en que tenemos que estar, desarrollar tecnologías muy rápido, fabricarlos muy rápidos y actualizarlos muy rápidos. Con el desarrollo de cargas de pago diferentes puedo hacer frente a distintas necesidades.
Indra ha confirmado sus planes de desembarcar en el área de plataformas terrestres. ¿Qué tecnologías desarrollará para este segmento, hasta dónde quieren llegar en este área?
En Indra se han hecho direcciones de tiro desde hace setenta años, para artillería fija y móvil en Aranjuez, luego para vehículos blindados, con elementos como periscopios de tirador y de jefe de carro, direcciones de carro, optrónicas y calculadores de tiro, sistemas de gestión del campo de batalla (BMS) embarcados como el del Leopardo.
Con la aparición del 8x8, que es un éxito industrial, permite tener unas capacidades de nueva generación, con un sistema de combate que es de otra categoría, lo mejor del segmento. El sistema de misión Maestre es el cerebro del vehículo y gestiona sensores de disparo, comunicaciones muy sofisticadas, conciencia situacional, ayudas a la conducción de última generación y cuenta una red de fibra óptica en su interior. Además el resto de tecnologías proporcionadas por los socios están a la altura ya que son de ultimísima generación. Hemos aprovechado las oportunidades tanto en programas nacionales como europeos para desarrollar el mejor sistema de combate.
Indra Land Vehicles muestra que nuestra ambición en terrestre es máxima, no vamos a ser conformistas. La primera iniciativa es tomar la mayoría de Tess Defence, algo que estamos haciendo ya. Tess Defence va a asumir más responsabilidad en la producción del 8x8. Pero más allá de Tess Defence tenemos la ambición de fabricar plataformas terrestres como es bien sabido.
Los sistemas terrestres son protagonistas en los conflictos reales y por eso queremos dar un paso al frente, primero con tecnólogos que nos ayuden a entrar, pero más adelante tendremos capacidades completas.
Indra a tiene experiencia en áreas como el mando y control o la optrónica pero ha puesto en marcha otras como los radares para sistemas de protección activa. ¿Veremos un APS nacional?
En un sistema de protección activa el componente más exigente es el radar y por eso estoy muy orgulloso de nuestro radar Nemus. Todos los elementos son exclusivos pero el radar es el que más, por eso Iniciamos el desarrollo hace cuatro años y nos lo tomamos muy en serio porque va a ser una necesidad operativa muy importante, inicialmente para las amenazas clásicas pero luego ha llegado el dron que incrementa la dificultad.
Por eso es importante afrontar una tecnología tope de gama, que funciona en banda S, la mejor en términos de resistencia a condiciones climatológicas muy adversas. El resto de soluciones del mercado no son en banda S y tienen dificultades en ese aspecto. Nemus tiene muy buenas prestaciones frente a la mala meteorología y tiene la capacidad para detectar munición flecha. Hemos hecho pruebas con munición flecha y hemos desarrollado la más alta tecnología buscando las más altas prestaciones frente a los retos y el radar ha funcionado perfectamente. Estos retos son la munición flecha, la climatología, la reflexión propia del entorno urbano y la aparición de drones.
Hemos hecho ya pruebas contra drones con el Nemus. La munición flecha es lo más exigente en términos de velocidad y sección radar y en el caso del mantenimiento de la traza el reto son los drones. Seguros de su éxito en el mercado, va a ser puntero y competitivo. Estoy convencido que veremos un sistema de protección activa (APS) nacional en España, ya que tenemos los componentes de la más alta tecnología para completar un sistema como este, incluyendo sistemas de lanzamiento de las municiones y éstas mismas.
El crecimiento puede ser orgánico o inorgánico. Además de las ya mencionadas estos meses, ¿tiene pensada la empresa adquirir o entrar en el accionariado de otras empresas de defensa o seguridad?
Por supuesto. Como ya hemos analizado, estamos imprimiendo en la compañía una gran aceleración desde el punto de vista orgánico (ingeniería, producto e industrialización). Pero queremos crecer más rápido, queremos incorporar nuevas empresas y hay oportunidades abiertas en las áreas de las que hemos hablado. Habrá novedades en los próximos meses.
En el contexto actual, los programas de cooperación internacional son más importantes que nunca, para posicionarse en ellos la tecnología es clave. ¿En qué programas europeos está inmersa ahora la empresa, hacia dónde va esa cooperación?
Hemos hablado un poco de esto al principio. Creo que lo hemos hecho bien en esta área, estamos en FCAS que es el programa bandera en Europa, hemos empujado mucho en los EDF, con más de 70 programas y lideramos 10 de los más relevantes. Hemos entendido muy bien la importancia de Europa en el contexto actual y somos un ejemplo en este sentido, podemos sentirnos orgullosos.
Participamos en los que están relacionados con nuestras áreas de actividad y los estamos aprovechando muy bien con nuestros socios europeos. Puede que se concreten o no en productos, pero estamos aprendiendo mucho. Hay otros que siguen vivos de convocatorias anteriores, como hemos visto, ahora estamos en 12 adicionales, de los que lideramos el SCEPTER.
Estamos en ámbitos como el aéreo, con el ENGRT II (Next Generation Rotorcraft), en el avión de carga de medio tamaño (FASETT 2 o Future Mid-Sized Tactical Cargo Aircraft). De entre los que ya se están desarrollando, el NG MIMA (Next Generation Military Integrated Modular Avionics) creemos que es muy importante, ya que al final el sistema de misión es más complejo, tienes más información de sensores y que hay que procesar. Creemos que la aviónica del futuro es modular.
Del 2022 son muy importantes el Ataque Electrónico Embarcado (Air Electronic Attack Capability o AEAC), el mando y control estratégico europeo o el sistema de comunicaciones satelitales EFISAT. En el ámbito terrestre, el vehículo de combate de nueva generación AURIGA (Armoured Infantry Fighting Vehicle) o el programa MARTE (Main ARmoured Tank of Europe). En marítimo, estamos en NEREUS (System of Systems Naval Platforms), que es como el FCAS pero llevado al entorno naval.
En Espacio estamos en el desarrollo de la forma de onda segura satelital EPW2 (Secure Waveform for SATCOM), ya que tenemos mucha experiencia en formas de onda en comunicaciones. También en el de observación de la tierra multisensor, el ARGOS (multisource satellite image analysis), que consideramos muy importante.
En ciberespacio, continúan los programas de ciberdefensa, en los que somos protagonistas, como en conciencia situacional ciber, capacidad de simulación y ejercicios de formación en ciber con la plataforma Ciber Range o en el CITADEL RANGE (Next Generation Cyber Range).
¿Cree que el actual ciclo inversor, con los anuncios recientes, favorece el desarrollo de tecnologías críticas para el sector de seguridad y defensa?
Sin duda, lo hemos hablado también, hay dos retos importantes. Que las Fuerzas Armadas dispongan de las capacidades que necesitan, por lo que hay un reto de industrialización enorme, y al mismo tiempo queremos hacerlo con soberanía, porque son áreas críticas. Por tanto, necesariamente se va a tener que invertir en tecnologías europeas. Estoy convencido de que va a haber un impulso enorme en tecnologías de defensa y de doble uso por el esfuerzo europeo en invertir en esta área.
La soberanía está en muchos ámbitos, desde lo más pequeño a lo más grande, pasando de la electrónica a un sistema de armas grande, que a su vez descansa en muchas capacidades. Los dos retos van a llevar a un desarrollo tecnológico muy potente que tendrá componente dual, también en otros ámbitos donde no tenemos soberanía como la electrónica.
¿En qué momento está un programa europeo en el que Indra es coordinador nacional como es el FCAS?
Hemos hablado varias veces de este programa por su importancia, con grandes retos. Estamos en una fase muy temprana aún, aunque es muy importante por su nivel máximo de ambición. Tenemos que desarrollar un sistema de sistemas que trabaje colaborativamente, con comunicaciones imperturbables, sistemas de combate, guerra electrónica, sensores, remotes carriers… un nivel de complejidad de otra dimensión.
Cuando nos pusimos ante hoja en blanco, al principio, y nos planteamos qué tecnologías llevaría un avión que volará en 2040, fue todo un reto de planteamiento pensar en las tecnologías disruptivas que van a estar ahí. Es un reto de innovación, de maduración de tecnologías, fase en la que estábamos al principio del programa. Está suponiendo un reto, pero el programa está siendo un éxito. Ahora estamos en la fase de maduración de tecnologías camino a los prototipos, es un éxito e irá bien, porque es una necesidad, pero, pase lo que pase, ya es un éxito porque nos ha obligado a la industria a desarrollar tecnologías con un máximo nivel de ambición. Los gobiernos se tomaron este programa muy en serio, sin problemas de financiación y hay un espíritu de equipo cada vez mayor.